Las condiciones metereológicas no eran las adecuadas. Un cielo parcialmente lleno de brumas y abundante polvo del desierto en suspensión complicaban la tarea.
A las 6 de la mañana, tras múltiples intentos de localización y justo antes de que saliera el sol nuestro amigo hizo acto de presencia... y lo fotografiamos. Lo fotografiamos sin parar. He aquí algunas de las imágenes tomadas:
Amanece y le decimos adiós. No lo volveremos a ver más ya que su próximo tránsito ocurrirá dentro de 6800 años. Demasiado tiempo para quedarnos esperándolo.
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